Sophie Saint Rose - Serie: Oficina


1. Inseguro amor:

Hope Still vive por y para su jefe, el atractivo y autoritario Andreas Doskas, uno de los solteros más cotizados de Grecia. Poco atractiva y siempre vestida de negro deja pasar su vida supeditada a él, hasta que recibe una paliza que por poco la mata en casa de su jefe a causa de un supuesto robo.

Entonces su vida dará un vuelco de ciento ochenta grados donde su jefe será el que más le sorprenda con un oscuro secreto.


2. Planes de Boda:

Emma Emerson después de salir a toda prisa de su pueblo natal en Texas, tiene que lidiar con su nuevo jefe.

Malhumorado y sin sentido del humor, Kaine la vuelve loca.

Literalmente.

Así que decide con su futura suegra que tiene que casarse con él.


3. Huir del amor:

Tessa ha conseguido el trabajo de sus sueños en el despacho de abogados más prestigioso de Londres.

Su vida se está desmoronando y su nuevo jefe le hace la vida imposible pero ella no se deja llevar por la desesperación. Hasta que estalla...


4. No puede ser para mi:

Stacey está absolutamente impresionada con su nuevo jefe.

La atracción que siente por Drake McCormick la lleva a imaginarse que él siente lo mismo por ella.

¿Realmente son imaginaciones?


5. No me hagas daño amor:

Megan Wells no se podía imaginar que cuando volviera a encontrarse con Rock ni la reconocería.

Al fin y al cabo había sido el primer hombre con el que se había acostado y le había dejado un recuerdo para toda la vida...


6. Negociemos:

Haile tenía un deseo.

Ser independiente para librarse de una madre dominante.

Nick Werner era la solución a sus plegarias y no dejaría escapar la oportunidad, aunque el trabajo que le ofrecía era poco ortodoxo.

Porque a su lado se sentía viva por primera vez...


7. Mi Torturador:

Hope está más que harta de su jefe, pero no le queda más remedio que aguantarlo hasta que su padre vuelva a encontrar trabajo.

Pero Clark se ha pasado de la raya...


8. La ayudante perfecta:

Sienna está acostumbrada a su jefe y no le sorprendía su mal humor en absoluto.

Era algo tan habitual en él que no le afectaba.

Lo que sí la afectaba esa era atracción que Matthew parecía sentir por ella recientemente y la tensión de una demanda contra la empresa no ayudaba en absoluto...


9. Estaré ahí:

Alexia prácticamente acaba de llegar a Nueva York y liarse con su jefe era un auténtico sueño.

Cuando Rod da el paso en la fiesta de Navidad, no lo duda ni un momento dispuesta a todo.

Las reglas eran claras, mientras aquello durara, nada de niños y en la empresa silencio absoluto respecto a lo suyo.

Después de dos años, su fría actitud hacia ella fuera de la cama, empezaba a molestarla. Ya era hora de dejar al jefe.


10. Soy lo que necesita:

Ana María Moretti decidió cambiar de trabajo para prosperar y con su nuevo trabajo, su vida dio un giro radical.

Sobre todo por su nuevo y atractivo, aunque malhumorado jefe, que la ponía tan nerviosa que no hacía más que meter la pata continuamente. Y ella no era así.

Tenía que demostrarle que era la secretaria perfecta y si le seducía de paso…


11. Protégeme:

Laia hacía años que no tenía una relación con un hombre y en la despedida de soltera de su amiga Grace, se soltó un poco la melena.

Bueno, igual no fue un poco porque las consecuencias de esa noche iban a cambiar su vida para siempre.

Lo preocupante era que no recordaba muy bien lo que había ocurrido.


12. Un Buen Negocio:

Lisset lleva dos años trabajando para el señor Madison y está más que satisfecha con el puesto que ocupa en la empresa.

Ser la secretaria del jefe conllevaba unas responsabilidades, pero a ella le encantaba.

La aparición de Aron Carter-Morris no se la esperaba y no pensaba quedarse sin el trabajo de sus sueños por su culpa. Aquello era la guerra y haría lo que fuera para frenar a ese tiburón.


13. Dudo si te quiero:

Hellen creía que tenía claro lo que quería.

Su jefe estaba para comérselo y era todo lo que siempre había soñado para su futuro marido, aunque tenía un poco de mal humor cuando no comía.

Va, pero eso podía pasarlo por alto.

Cuando su familia le abrió los ojos respecto a cómo había llevado su vida en los últimos años, se dio cuenta de que igual le había idealizado y las dudas la asaltaron.

¿Le quería a su lado el resto de su vida?

Debería pensarlo un poco antes de meter la pata.


14. No puedo pedir más:

Cindy estaba encantada de trabajar para Malcom Halifax.

Era su mano derecha y se compenetraban muy bien, aunque él tenía un carácter reservado.

Algunos dirían que era malhumorado y un ser sin sentimientos, pero Cindy estaba segura de esos estúpidos estaban equivocados.

Hasta que un día se dio cuenta de que su maldita empresa era lo primero y que no la apreciaba en absoluto.

¿Cómo podía haberse equivocado tanto?


15. Demuéstrame que me quieres:

Denise lleva tres años enamorada de su jefe, entregándose a su trabajo e intentando ser la secretaria perfecta para él. Pero al fin se ha dado cuenta de que Cameron no la apreciará nunca y todo tiene un límite.

Harta de que no la respetara como merecía, decidió que era hora de cambiar y había llegado el momento. Pero su psicótico jefe había perdido la cabeza y ahora se negaba a que le abandonara.

¿Debía sentirse halagada o salir corriendo? Ella se inclinaba por lo segundo.


16. Demuéstrame que me quieres 2:

Sybil, a punto de terminar un master e iniciar una nueva vida, no puede creerse la proposición de su cuñada. ¡Estaba loca!

¿Trabajar para el egocéntrico, creído e irresistible John Follman? No debía estar en sus cabales para sugerirle algo así. Pero lo malo era que su familia sabía perfectamente como convencerla apelando a su orgullo profesional.

Eso y que algo en su interior le decía que trabajar para él sería todo un reto. Ahora tenía que demostrarle su valía.


17. Eres parte de mí:

Miranda está a punto de conseguir el sueño por el que ha trabajado toda su vida.

Un puesto como bróker en Inversiones Falco. Ese deseo la obsesiona, pero cuando ve al mismísimo Robert Falco en persona, también deseó conseguirlo para trabajar a su lado.

Solo tenía que pasar una entrevista y haría lo que fuera para llegar a la cima. Igual precipitarse no era la mejor manera de conseguirlo, pero tenía que dejarse llevar por su instinto. Y su instinto le decía que su futuro jefe era el hombre de su vida.


18. Era el destino, Jefe:

La vida de Missy cambió radicalmente cuando estaba en el instituto.

Perdió a una de las personas que más amaba en la vida y solo sus ansias de venganza la animaron a seguir adelante.

Había trabajado muchísimo, pero había merecido la pena.

Calvert Linthwaite lo iba a pagar. Y lo iba a pagar muy caro.

¿O era ella la que sufriría de nuevo?


19. Jamás me olvidarás: 

Lidia está loquita por su nuevo jefe. Y no es para menos porque está para comérselo, es inteligente y le altera los chakras. Pero su ayudante personal la odia, literalmente.

Y que no pueda ni verla es un problema porque no deja ni que se le acerque. Todo pasa por él, así que tenía unas ganas de que le atropellara un autobús… Solo necesitaba un golpe de suerte.

Y llegaría, ella tenía mucha paciencia y era muy positiva. Era el amor de su vida y esperaría lo que hiciera falta.

¿Merecería la pena?


20. Más de lo que me esperaba:

Joan había soñado con una vida y la que tenía no se le parecía en nada. 

Ahora era madre y tenía que conservar el trabajo como fuera porque de camarera no podría pagar una guardería. 

Con todo lo que había luchado... 

Ella siempre procuraba hacer lo correcto, pero todo le salía del revés. 

Hasta que un día en el parque conoce a Virginia y al fin tiene un golpe de suerte. 

O eso parece…


21. No me apartes de ti:

Abrielle se estaba abriendo camino en su profesión de fisioterapeuta. 

Decían que tenía unas manos mágicas y ya había conseguido bastantes clientes fijos. 

Así que su agenda estaba repleta de citas, pero cuando la llamaron para ir a Industrias Gillingham no quiso dejar pasar la oportunidad. 

Allí podía conseguir un montón de trabajo porque aquello estaba lleno de ejecutivos estresados. 

Lo que no esperaba encontrar era a un bomboncito que se comería entero. 

Ella era una profesional, ¿pero a quién le amargaba un dulce?


22. El Acuerdo:

Nadia llevaba trabajando con Scott dos años y se entendían a la perfección. Por eso cuando él cambió su actitud hacia ella, lo notó enseguida. A este le pasaba algo, eso seguro. Mejor lo hablaba con él, porque hasta le había sorprendido mirándole el trasero y eso no era normal en él.

Podía mirárselo a otras, ¿pero a ella? Si durante dos años casi ni se había dado cuenta de que era una mujer. Seguro que tenía un problema. A ver si estaba enfermo... Iba a hablar con él muy seriamente.

Quién le iba a decir a ella que esa conversación cambiaría sus vidas para siempre.


23. El Acuerdo 2:

Uy, que el jefe se había cabreado. Es que de verdad… Si ella lo hacía todo por su bien. 

Era inmaduro, irresponsable y tenía que espabilarse, que ya estaba bien. 

Le iba a poner las pilas costara lo que costara. Que hubiera llegado a un acuerdo quedaba en un segundo plano…


24. La fortuna de tu amor:

Naia no es gafe. No, qué va. No reparte su mala suerte con los demás, se la queda ella toda. Es algo que la acompaña de toda la vida y ya está acostumbrada.

Por eso cuando su empresa de la noche a la mañana es declarada en quiebra, sabe que a la primera que echaran a la calle será a ella.

Aquello era lo que le faltaba para rematarla. Pero no había que entrar en pánico, positividad ante todo que todavía no la habían despedido. Iría a la empresa a ver qué pasaba.

Igual hubiera sido mejor que se hubiera quedado en casa…


25. Cómplices:

Coralie trabaja limpiando un edificio de oficinas y sueña con que Luka Esdraffo se fije en ella. 

Y cuando llega su oportunidad vaya si se fija, pero para mal. Le mete en un lío de primera y se convertirán en cómplices. 

Él solo quiere salvar su empresa, ella solo quiere su corazón y hará lo que sea para conseguirlo, hasta enfrentarse con su pasado si es necesario.


26. Cómplices 2:

La detective Cristel Portland al fin ha conseguido el traslado a homicidios que llevaba deseando tanto tiempo y por lo que se había dejado la piel. 

Proteger a las víctimas era su prioridad, aunque su nuevo teniente se estaba convirtiendo en una obsesión y en un incordio, la verdad. 

Ranko Dickerson tenía fama de implacable y buen policía. Y pensaba que tenía mucho que aprender de él y de su nuevo trabajo, pero Cristel conseguiría que se diera cuenta de que no era como suponía…


27. Estoy aquí, mi amor: 

En tres años Ivy ha ascendido tres veces y ahora es la ayudante ejecutiva de Kenneth Banningham. 

Un puesto ideal, pues le encanta su trabajo y se lleva con su jefe estupendamente, ya que es muy trabajadora y tremendamente ambiciosa. 

Pero una noche recibe una carta que lo cambiará todo y su vida dará un vuelco hasta convertirse en una pesadilla. 

Sabe que para sobrevivir debe alejarse a pesar de lo que desee su jefe. A pesar de lo que deseen ambos.


28. Eres única:

Jessel no podía evitarlo, cuando algo se le metía en la cabeza iba a por ello. 

Así que cuando conoció al nuevo dueño de su empresa, que era todo lo que ella buscaba en un hombre, se tiró sin red, escalabrándose e hiriendo su orgullo. ¿Consecuencias? No, no había perdido su trabajo, pero la espinita que tenía clavada no la dejaba tranquila. Estaba furiosa. Tanto que ahora no le daría ni la hora. En el trabajo lo que quisiera, pero fuera de la oficina nada de nada. Este iba a arrepentirse, vaya que sí.

Boris era un empresario de éxito y no temía a nada. Pero cuando cierta pelirroja entró en su vida no estaba preparado para ella. ¡Esa mujer no se callaba nada! ¡No tenía ningún filtro! Pero eso sí para la empresa era todo un hallazgo. ¿Solo para la empresa…?



29. No necesito más, si te tengo a ti:

Maymee llevaba seis meses trabajando para Delton Bercovich y la verdad es que el sueldo era estupendo, le daba mucha libertad en los negocios, lo que significaba que apreciaba su trabajo y para qué negarlo, verle todos los días era una alegría para el cuerpo. 

Lo que no le gustaba tanto era inmiscuirse en los asuntos de su familia, porque acercarse a él de esa manera tan privada, podía propiciar que se le pasara por la cabeza la locura de que tenía la posibilidad de conseguir el amor de su jefe. Y eso solo llevaba al desastre imaginándose señales que no existían. ¿O sí existían?





































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